El Porfirismo se caracterizó por ser una época de estabilidad política, pero también se distinguió por su autoritarismo. En un principio, se dedicó a establecer arreglos entre grupos e intereses políticos, recurrió a pactos y en algunas ocasiones a la mano armada; incorporó al aparato político a representantes de facciones desplazadas con el fin de estabilizar la situación.
Díaz llegó al poder mediante el plan de Tuxtepec, el cual modificó ya electo para permitir la reelección , lo que facilitó su permanencia en el poder. Díaz favoreció la centralización de poderes para dar mayor poder al presidente, aunque se vio obligado a establecer un vicepresidente para evitar crisis políticas y económicas.
Favoreció a las élites y los puestos gubernamentales importantes fueron asignados por amiguismos y despotismo, esto causo rebeliones tanto de los libreales y la Iglesia, como del resto de la sociedad, rebeliones que fueron reprimidas con armas.
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